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Trabajo infantil doméstico

El trabajo infantil es una de las problemáticas más preocupantes en nuestro país. La realidad de las niñas y niños en trabajo infantil doméstico (TID) suele ser una actividad ‘invisible’ en nuestra sociedad y que afecta directamente su desarrollo educativo, su salud física y emocional, y su futuro, a la vez que les priva del tiempo con su familia, del juego y momentos de socialización con otros niños de su edad.

 

¿Qué pasa con las niñas y niños que ‘trabajan en casa’?

La mayoría llegan a hogares de terceros como ‘ahijadas/os’ para ‘ayudar a su madrina’ con los quehaceres del hogar; entregados por los propios padres ante promesas de una mejor educación y mejores condiciones de vida que la mayoría de las veces no se cumplen.

Los niños y niñas que vienen de zonas del interior del país a la capital, u otros centros urbanos, son alejados de sus familias, cultura y grupo social, sus juegos infantiles son cambiados por el cuidado de niños menores que ellos y tareas de limpieza y cocina reemplazan el tiempo para hacer sus tareas escolares.

Niños y niñas en situaciones de TID se ven obligados a realizar tareas que demandan un esfuerzo físico mayor al de sus posibilidades y a manipular productos tóxicos, exponiéndose a situaciones de gran riesgo para su salud.

¡Todos podemos hacer algo!

Para que niñas menores de 14 años no empiecen a servir en casas de otros, diles a sus padres que no son tratadas ‘como a una hija’, que sufren de abuso, explotación y aislamiento, y que es importante que terminen sus estudios para que opten por un mejor futuro.

Para proteger a las que aún se encuentran trabajando, dile a sus padres o apoderados que es mejor que estudien de mañana y no de tarde, y que no trabajen ‘cama adentro’.

El trabajo infantil no es una salida a la pobreza, es quitarles oportunidades. Estudiando ganan un capital educativo para que puedan alcanzar un futuro mejor.